EL HOROSCOPO ¿O EL COPON DE OROS?

Me he dado cuenta esta mañana, lo he notado entre mis piernas, no..., mejor dicho: ¡No lo he notado!. Me acrodé de que ya he pasado de los 30, entonces mi hembra se despertó y me dijo que me ha notado ansioso, como lleno de sudores fríos, ¿Te preocupa algo cariño? me pregunta, un mal sueño le dije (Mentira, ojala estuviera soñando). Después se quita el pijama, yo me froto las manos y mentalmente me concentro ¡Nada! Casi sin darme cuenta mientras ella escoje la ropa que se va a poner le digo que se ponga la camisa roja con el corpiño de rallas que le resalta el busto y que se ponga los vaqueros nuevos esos que le hacen un culo bonito. Ella me mira, me sonríe y me dice ... Que raro estas hoy, ¡No me has dado la típica palmadita ni los besitos por la espalda! ¿Que te pasa?. ¿Que qué me pasa...? pero... ¡Leñe! me he dicho (en esas veces que algo me preocupa y olvido que estoy enfadado conmigo mismo) tiene que haber algo que no marcha bien aquí, ¡Esto no es normal!. Me sé de memoría el manual de como (no) ser un buen amante



En el trabajo ya casi me había olvidado del tema, normalmente estoy de mala leche, estafando y engañando a quien se me cruza en el camino, sin ánimo de lucro, pues me van a pagar lo mismo, solo por divertirme un poco. Realmente lo hago porque quiero que me asciendan, tengo grandes planes y me suelo cansar muy pronto de los trabajos monótonos. Pero entonces llega la típica pareja de viejos, el que no deja hablar a su señora y que se empeña en contarme todos los problemas de salud que tiene, que si está en el paro, que si la crisis, que si los hijos, los nietos... y yo mirando a la pobre abuela que no había abierto la boca pero que miraba a su marido con la admiración de una mujer que sin saber leer ni escribir ha sacado adelante una familia numerosa... y yo que tenía preparada la oferta especial al triple del precio normal con mi habitual estrategia para metérsela doblada, aquellos ojos que me recordaban a mi abuelita... ¡Leñe! no puedo resistirme a esa mirada, así que le hice descuento de empleado a los abuelitos. Al irse estos hice cargo de conciencia, ¡No puede ser! esto es alarmante, aquí pasa algo...

Entonces llegó un ridículo email y lo comprendí todo, me lo enviaba un querido amigo que siempre está de coña, no como yo que soy un tio serio. Aparecía un hibrido de cabra y pez y me felicitaba porque había cambiado de signo según el nuevo horóscopo de no se quién, ya no era aries, ahora era un piscis. Mi cara era un poema, no es que entienda mucho de horóscopos, como mucho del mío que casi daba en el clavo con como soy,así que investigué un poco... ¡Exacto! Los piscis son unos ñoños afeminados (disculpen y no se sientan ofendidos, es lo que hay) ¡Me cago en toooo! con lo feliz que era yo siendo aries.

Es que estoy (Ayyyy, estaba) como una cabra, a mucha honra, era muy feliz, ahora tengo que contentarme con ser un mierdecilla que dice que sí a todo, escuchando los problemas de los demás y compadeciéndoles. Leñe y olvidarme de ser encargado, ahora tendré que contentarme con ser administrativo o cajero. Bueno por lo menos mis dotes artísticas mejorarán, (Yo que pinto peor que un niño de dos años) A lo mejor me hago poeta, igual triunfo más que como depredador. De todas formas como ahora soy piscis ya todo me la pela, voy a vivir tranquilito y como mi hembra ahora es virgo (No tengo ni idea de como son) pero me pone. Dormir, comer y lo que se tercie, eso sí ahora que se lo curre.