En una de éstas noches de veranito con tu barbacoita en tu terracita, sangríitaa fresquita y hamburguesitas quemadas (me doy cuenta que cada día me parezco más a Ned Flanders, "hola holita vecinito") al final yo no sé por qué siempre se termina hablando de ovnis y de la chica de la curva. Terminas borracho y emparanollado con extraterrestres y con miedo a cojer el coche, no porque te pegues un ostiazo del quince o te pille la benemérita, no, sino porque te aparezca la chica de la curva de camino a tu casa o te abduzca un marciano y te haga un tacto rectal.
Lo más probable es que las luces del ovni sean las de la guardia civil. La chica de la curva, una prostituta a la que han metido en el mismo coche patrulla que a tí de camino al cuartel que te dice: "Mira en esa curva trabajo yo". Y el tacto rectal.... bueno, ya sabemos lo que pasa en las cárceles y calabozos ¿no? y si encimas vas pedo...
Yo por eso hago las barbacoas en mi casa y que venga el que quiera. Así no tengo que coger coche, no me pilla la guardia civil, no me siento en el asiento de atrás con una puta que me roba la cartera y luego en el calabozo me parten lo impartible. Eso sólo me ocurrirá cuando echen el Madrid-Barça en el plus y tenga que ir a un bar a verlo. Por eso cuando al día siguiente me dicen los culés "¡Ayer os partimos el culo!", yo respondo "¡Ah! ¿fuistes vosotros?! ¿y por qué os llevaron al calabozo?". Pero bueno, son cosas que pasan, que se quitan con terapia y Betadine.
Pero es que en una barbacoa se termina hablando de cualquier cosa y además, todo el mundo sabe de todo. Los mejores críticos de cine han sido fichados por el New York Times y el Wall Street Journal con un perrito con mostaza en la mano. Es un hecho empírico. Por eso hablan tus colegas de todas las últimas pelis de cartelera que han visto últimamente y tu mientras, te quedas pensando cuando fue la última vez que fuiste al cine con tu mujer para poder dar tu opinión sobre alguna peli, y al cabo de diez minutos dices: "¿Habéis visto la última de Steven Spielberg? E.T. se llamaba creo. ¡Peliculón peliculón eh!".
Y es que claro, todos tus amigos siguen solteros o ennoviados, pero tu niño está lanzando las hamburguesas contra la pared, que por cierto, si le pones salsa barbacoa, se quedan pegadas a la pared, pero con el ketchup no, es muy curioso. Y no sé cómo se las apaña pero siempre mancha a la nueva monísima novia de tu colega que viene para que la conozcas, la pobre con su vestido nuevo, diciendo con boquita pequeña: "No pasa nadaaaaaa, son cosas de críiiiiiios. Y además éste vestido de Dior ya me lo había puesto un par de veces". Ya sabes que no volverás a ver a tu colega hasta la próxima novia que se saque. Que será en un par de meses por lo menos.
Pero lo mejor viene cuando salta uno y dice "Si te apareciese un genio y te concediera tres deseos ¿qué pedirías?" y tu vas y sueltas: "La play 3 con el God of War 1 y el 2. ¡Mierda! que me ha faltado un deseo para conseguir el 3, que es el mejor!" y te llevas el resto de la noche pensando en qué combinación de consola y juegos es la mejor.
Pero las mujeres que nos llevan años luz a los hombres en ésto de pedir cosas y que le sean concedidas dicen: "Pues yo le pediría que me dejase encerrada en el Carrefour para poder comer todas las chocolatinas que quisiera". Tu piensas: "mooooooooola". Y es que es mejor deseo que el tuyo, porque así puedes robar panchitos y cervezas y una Play 3 del departamento de videojuegos con el God of War 1, el 2 y el 3, y luego salir por patas.
Obviamente el segundo deseo es que no engorden por muchas chocolatinas que coman. Y el tercero nunca lo dicen, se lo guardan para ellas, las muy muy . Y el novio, que es tu colega, empieza a mirarle con cara rara pensando que seguro que tiene que ver con el guarda nocturno del Carrefour y su porra. Y ahí empieza la discusión. "¡No! ¡Yo te he dicho lo que desearía, ahora tu también lo dices!". Y ya tenemos la noche hecha. Que ¿por qué? Porque yo no sé por qué, los hombres tenemos la necesidad de arroparnos en la cálida seguridad que te da el saber la opinión de tu colega, y por eso te dice tu amigo: ¿Tú que opinas?. "Que tiene razón, ahora tienes que decir el tercer deseo, lista que eres una lista". Tu mujer sale a defenderla, bueno..., mas bien a atacarte a tí y suelta: "Tu claro, de parte de tu colega, ¡machista que eres un machista!".
Así termina la velada, con la amarga sensación de haber provocado que todas las parejas esa noche no tengan sesión de folleteo. Y todo, será culpa del anfitrión. Pero siempre es mejor que el camino de vuelta que les espera a tus colegas.
8 comentarios:
Que cara de "me encantan las salchichas" tiene la damisela de la foto.
Al fin y al nabo, perdón al cabo, a él se le ve el culete y a la mujer nada. Por lo que eso no es machista. En cambio Larry, tu comentario sexista puede herir profundamente la sensibilidad del sexo femenino así como la de los trabajadores alemanes de Oscar Mayer.
Así que por favor, retira tus chovinistas palabras y cámbialas por algo así:
"Que caraS y rostros de "me encantaN POR IGUAL lAs salchichas y lOs pinchitos independientemente de su composición, color, textura, sabor o marca" tieneN las personas de la foto O RETRATO."
jajajaja jajaajaaja secion de foyeteo!!1 q cool!
Vaaaale,vaaaale matizaré mis comentarios. la mujer tiene cara de decir "Yo soy más de repollo, pero cuando mis amigos me invitan a una barbacoa siempre acabo comiendome un par de salchichas".
¿Mejor asi?
Mucho mejor ¿dónde va a parar?
(vaya tela)
que foto mas sugestiva xddd!
Buenas entradas me gustan
Muy buena la foto.
A veces uno empieza comiendo en una barbacoa y luego ya sabemos como termina la cosa xD
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