Como matar un mosquito

Prólogo

Hoy empiezan mis vacaciones. Este año he alquilado una cabaña en un camping cerca de un lago.
Todo muy bonito, muy bucólico. Pajaritos cantando por aquí, niños correteando por allá, una chavala macizorra tomando el sol en topless cerca del lago, y yo con mis prismáticos observando el panorama.

Todo hace indicar que serán unos días de paz y tranquílidad.



Noche 1: Comienza la pesadilla.

Me meto en la cama abrazado a  mi osito wandy y mi pijama de Cristiano Ronaldo. Disfrutando de la suave brisa de las noches campestres y me dispongo a dormir.

Cuando estoy a punto de quedarme roque, escucho un zumbido a mi alrededor. Mierda, un mosquito se ha colado en la cabaña.

me tapo hasta las orejas con la sábana y escucho atento su deambular de un lado a otro. Un miedo atroz me invade el alma, pero he de ser fuerte. Tan solo es un mosquito, yo soy más fuerte que el.

Noche 2: Preparado para la guerra.

Las sabanas de la cabaña no parecen ser a prueba de mosquitos porque me he levantado con las piernas llenas de picaduras. Digo "levantado" y no "despertado" porque ese molesto mosquito no me dejo pegar ojo en toda la noche.

Pero no pasa nada. Hoy me he acercado a la tienda del pueblo y he comprado un chisme de esos anti mosquitos que se enchufan y los repele.

Rezo mis oraciones, abrazo a Wandy y apago las luces. Cierro la ventana por si acaso y me meto en la cama. Me quito el pijama de Cristiano porque a los dos minutos estoy sudando como un pollo del calor que hace.

10 minutos después me despierta el maldito zumbido revoloteando cerca de mi cara.


Noche 3: No habrá paz para los Mosquitos.

Hoy de reconocer que he tenido un día un poco dificil.
El continuo picor por todo el cuerpo y las dos noches sin dormir, me han llevado a zarandear a un niño que andaba tocando los huevos cerca de mi cabaña. El padre después me ha dado de hostias y me ha dejado el ojo morado, pero al menos no me ha denunciado.

Por la mañana me acerqué de nuevo a la tienda del pueblo y compré un insecticida en spray y un repelente de los de untar, así que me pringo el cuerpo entero y rocío la habitación de spray. Hoy dormiré feliz.

5 minutos después tengo que salir de la habitación asfixiado por el olor del insecticida y abrir todas las ventanas para que la cabaña vuelva a ser un espacio habitable.

Epílogo:

¡Me vuelvo a mi casa! ¡Que le den por culo al camping, al lago y a la madre que los pario a todos!
Me he pasado la noche a lo señor Miyagi intentando matar al puto mosquito a palmadas y aún así me ha cosido a picotazos.

No entiendo de que pasta está hecho. Porque cuando tuve que salir de la cabaña, un gato me lamió la pierna  impregnada de repelente y se cayó muerto al instante. Y sin embargo el mosquito me ha dejado el cuerpo hecho un cristo.

¡El año que viene me voy de vacaciones a la antártida!