lunes, 25 de abril de 2011

LAS PASTILLAS MÁGICAS: CUENTOS IMPOPULARES

Érase una vez una mujer que tenía un hijo más bien tontico pero buen chaval. Estaban pasando una época mala  y decidieron vender el Seat Leon tuneado del crío para poder afrontar los gastos de la casa.

Pedrito, que es como se llamaba el chaval, se fue a un polígono transitado por traficantes y rufianes de todas las calañas e hizo correr el rumor de que vendía su tunning a buen precio.

Se le acercó un tipo con pinta chunga y le dijo que le cambiaba el coche por una bolsita de pastillas de colores que tenían cierto efecto "mágico". Pedrito, que como ya habíamos mencionado, tenía menos luces que un barco espía, accedió de buena gana y se fue contento a casa  (en auto-stop) con sus estupefacientes.

Como es lógico, la madre al ver lo que había traido el  niño, le soltó un sopapo que le puso la cara del reves y le hizo meterse las pastillas una a una por el ano. Estas le dieron un subidón que no veas y empezó a alucinar con que el ficus de la terraza empezaba a crecer y llegaba hasta el cielo. Y que veía a un gigante cargando sacos de oro y mierdas de ese estilo.

Debido a la gran cantidad de pastillas que se había metido, Pedrito se quedó para siempre en una dimensión aparte en la que se mezclaban realidad y sueños. Se mudó a una nave industrial en ruinas a la que él llamaba "centro de operaciones" y se convenció de que sus males eran causados por un tal Hombre marmota que le mantenían preso en el mundo de los sueños y decidió planear la forma de acabar con el de una vez por todas (y aquí le paso la pelota a mcmaicky para que aproveche al personaje).

Moraleja: Querido adolescente: estudia más, que es lo que tienes que hacer y dejate de endrogamientos. Que tiés a tus padres en un sinvivir con tanta tontería. Un pico y una pala te daba yo y te ponía a cavar zanjas para que aprendieras lo que es bueno. Gandul, que eres un gandul.

2 comentarios:

CristóMAL dijo...

Muy buena la historia, pero voy a seguir drogándomeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee

Larry Sion dijo...

Pero no te olvides de darle al me gusta primero (Al "me gusta hazme el humor", se entiende. No al "me gusta drogarme").

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