lunes, 27 de septiembre de 2010

CUENTOS IMPOPULARES: EL REAGGETONERO DE HAMELIN


Bienvenidos queridos lectores de Hazme el humor a los cuentos impopulares para jovenes y mayores del profesor Larry. Pasen y vean:

Érase que se era un apacible pueblecito donde todo el mundo vivía feliz. Siempre había sido un lugar muy próspero y sus habitantes eran conocidos en la comarca por ser gente honrada y trabajadora.

Pero aconteció que una gran crisis asoló la zona y la actividad económica descendió drásticamente. Como los ingresos eran tan escasos, los impuestos recaudados bajaron notáblemente cosa que al alcalde no gustó demasiado. Decidió subir dichos impuestos a los artesanos del pueblo que al no poder hacer frente a este nuevo desenbolso, tuvieron que prescindir de sus jóvenes aprendices.

Pronto se empezó a apreciar como la plaza de Hamelín se iba llenando de chicos y chicas desocupados que mataban sus horas sentados en los bancos fumando porros y bebiendo litronas. Al cabo de unas semanas la situación se fue tornando insoportable, el suelo de la plaza estaba lleno de papeles, cascaras de pipas y cristales rotos. A todas horas se escuchaba una insoportable música cuyas letras solían decir cosas como "arráncale las bragas y hazle el chucuchú" y las peleas e insultos estaban a la orden del día.

Los vecinos fueron a protestar al alcalde que no les prestaba demasiada atención. Aseguraba que no había motivo para alarmarse ya que estaban empezando a aparecer brotes verdes, lo que indicaba que pronto los jóvenes irían a hacer botellón al río. Que lo mejor en estos casos era cerrar los ojos, taparse los oídos y esperar que la crisis se solucionase sola.

Hamelin estaba a punto de volverse un caos absoluto cuando un misterioso personaje se presentó en el ayuntamiento un día de pleno. Iba ataviado con unos curiosos pantalones que daban el aspecto de haberse cagado encima, una camiseta negra de tirantes y un montón de cadenas. Se presentó como director creativo de un conocido canal de televisión y aseguró tener la solución definitiva para hacer desaparecer a los jóvenes de la plaza del pueblo.

-Haremos un reality show con ellos y lo llamaremos "Los super ninis"-anunció con una sonrisa.
El Macario arqueando una ceja en señal de duda contestó.-¿Eso de los ninis que es lo que es? No será cosa de homosexuales ¿Verdad?

El estrafalario personaje les explicó que los Ninis eran jóvenes que ni estudiaban ni trabajaban y todos reflexionaron para sus adentros acerca de lo gilipollas que debían ser los de ciudad para buscarse un nombre tan chorra, cuando de toda la vida se les había llamado vagos y holgazanes.

El acuerdo era que se llevarían a los chicos a una granja a las afueras y les harían trabajar mientras el resto del país se descojonaba viéndoles llorar.Y a cambio, los padres deberían ir al plató de la cadena una vez a la semana a contar los trapillos sucios de la muchachada.

Parecía un milagro, en pocas horas desaparecieron los jóvenes de la plaza, se acabó el reaggeton y el vocerío macarril. Los habitantes de Hamelin estaban tan felices que organizaron una fiesta como dios manda. Con sus pasodobles y sus peinetas. Eran tan felices que decidieron alargar el guateque un día más, y después otro y asi hasta que una tarde en mitad de un "saca el whisky cheli pá poder bailar...", apareció el siniestro personaje para reclamar su parte del trato. El alcalde, que no tenía ninguna gana de ir, se hizo el loco.-Es responsabilidad de la oposición-afirmaba.

El padre del Ronchas (el Nini jefe) decía que no podía ir ahora, que había habido restregón de cebolleta con la Paqui, y que la cosa prometía. Otros simplemente alegaban que por una vez que podían disfrutar del pueblo, no les movían de allí ni atados.

El director creativo de la prestigiosa cadena de televisión iba cabreándose más y más y amenazaba con tomar terribles represalias. Maldecía y blasfemaba pero nadie le escuchaba. Al Viriato se le había ocurrido hacer la conga y todo el mundo se estaba uniendo al trenecito.

Como no había nadie que sacara a la luz los trapos sucios de los concursantes, la audiencia que es muy selecta, prefirió pasarse a telecinco. Sabiendo que en ese canal no les faltaría su buena dosis de gente echándose mierda los unos a los otros. Al no tener éxito el programa, tuvieron que cancelarlo y por consiguiente, devolver a sus "Ninis" a la plaza que los vió crecer, con sus litronas y sus canutos.

Los adultos lloraban desconsolados, mientras el oscuro creativo se alejaba por el horizonte riendo y saltando mientras gritaba:-Ya os lo advertí, pringaos.

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