LA NAVIDAD A LO LARGO DE LA VIDA

Se acercan de nuevo las navidades. Esa época del año que no deja de maravillarme. Por un lado, porque después de pasarte once meses escuchando cosas como "cuida tu alimentación", "no abuses del alcohol", "No despilfarres tu dinero" etc,etc. Llega Diciembre y me cambian la consigna. Anuncios de "a comprar, que se acaba el mundo", turrones, cava, polvorones, invitaciones a cenas y botellones...coño, que mira que hay días a lo largo del año y nos lo tienen que poner todo junto.
Las navidades molan cuando se es niño. Porque te dan vacaciones en el cole, te dejan comprar petardos, puedes mendigar casa por casa pidiendo el aguinaldo... y encima a principios de enero, vienen tres frikis en camello para dejarte regalos. Bueno, lo de los frikis era antes. Porque ahora han puesto a un gordo sudoroso, que ofece caramelos a los niños a cambio de que estos se sienten sobre sus rodillas.

Los regalos de navidad van perdiendo emoción a medida que vas creciendo.Y una vez que descubres el fraude de los reyes magos, todo es una cuesta abajo. Tus tíos, que siempre te habían comprado juguetes chulos, de repente empiezan a regalarte calcetines. Tu los miras con aire decepcionado y te sueltan que "es que tu madre nos ha dicho que te hacían falta".


Te haces adolescente y descubres las fiestas de nochevieja. Que es ese acontecimiento en el que para una vez que te dan permiso para salir toda la noche, acabas borracho perdido a los veinte minutos de llegar al local.

Más adelante, te invitan a las cenas de empresa. Esos eventos en los que por una noche,la química entre tu jefe y tú alcanza su nivel más alto. Especialmente a las trés de la mañana, en un karaoke, y abrazados mientras destripáis el "yo quiero tener un millón de amigos" de Roberto Carlos.

Tú que te haces ilusiones, y al día siguiente cuando lo ves, le das una palmadita en la espalda mientras le dices:-Eres un crack, Pablito. Y el cabrón te suelta que "menos confianzas, Palomeque y a trabajar, que llegas tarde".

Y cada año te vas desilusionando más y más. Dejas de poner el arbolito,las figuritas del Belén las usas para practicar con la pistola de airsoft que te regalaron por tu cumple, te pasas la nochebuena discutiendo con tu cuñado Elisendo...

Algunas navidades después, empiezas a odiar a los niños que cantan villancicos y les tiras cubos de agua helada por la ventana cuando llaman a tu puerta para pedirte el aguinaldo. Tú caracter se va agriando hasta que te acabas convirtiendo en un Ebenezer Scrooge de medio pelo.

Por suerte, se te aparecerán tres fantasmas que te intentarán convencer de que la Navidad mola. Tú te lo creerás, saldrás corriendo por medio de la calle en camisón y dando besos a los niños, hasta que te acabe deteniendo la policía por escándalo público y te ponen a celebrar las pascuas a la sombra, rodeado de fornidos maleantes que llevan una larga temporada sin ver a nadie en camisón.

MORALEJA: si no quieres acabar sodomizado, canta villancicos.